En un desenlace trágico, la legendaria futbolista brasileña Marta Vieira da Silva se despidió de los Juegos Olímpicos de París 2024 de la peor manera posible. Durante el tercer partido de la fase de grupos contra España, Marta fue expulsada al borde del descanso tras una violenta entrada sobre Olga Carmona, un momento que dejó a todos los presentes y espectadores atónitos.
Considerada una de las mejores futbolistas de todos los tiempos, Marta enfrentaba la presión de mantener vivas las esperanzas de Brasil en el torneo. Sin embargo, el empate a cero en el marcador y la tensión palpable en el campo culminaron en una desafortunada jugada. Con la Roja tratando de construir una jugada cerca del área brasileña, Olga Carmona intentó controlar un balón con la cabeza. Fue entonces cuando la bota de Marta, en un intento por disputar el esférico, impactó brutalmente en la parte trasera de la cabeza de la lateral española.
La patada, que fue considerada una entrada criminal, llevó a Marta a recibir una tarjeta roja directa, una decisión ineludible para el árbitro ante la gravedad del incidente. La imagen de Marta, entre lágrimas mientras abandonaba el campo, quedó grabada en la memoria de los aficionados, quienes vieron cómo una carrera estelar podría estar llegando a un triste final.
El incidente no solo marcó el fin de los Juegos para Marta, sino que también dejó a Brasil en una posición delicada para avanzar en el torneo. La expulsión de su estrella en un momento crítico del partido fue un golpe devastador para el equipo, que ahora deberá encontrar la manera de seguir adelante sin su jugadora más emblemática.
Esta desafortunada situación resaltó la delgada línea entre la pasión y la tragedia en el deporte, subrayando que incluso las más grandes leyendas pueden enfrentar momentos difíciles en el ocaso de sus carreras. La expulsión de Marta en los Olímpicos de París 2024 será recordada como uno de los episodios más tristes y controvertidos de su brillante trayectoria.